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ENFERMEDAD POR ARAÑAZO DE GATO



En ésta entrada vamos a tratar una enfermedad infecciosa poco conocida o de la que no se encuentran recogidos  muchos casos en nuestro medio. Nos referimos a la Enfermedad por arañazo de gato.

Se trata de una infección causada por la Bartonella henselae, un bacilo gram-negativo, y adquirida tras la exposición a un gato infectado. En pacientes inmunodeprimidos, puede dar lugar a una infección sistémica grave. Sin embargo, en pacientes inmunocompetentes suele tener un curso autolimitado, siendo la manifestación más frecuente de la enfermedad la linfadenitis localizada (inflamación de ganglios linfaticos). En un 10% de los casos, la infección tiene una presentación atípica, pudiendo aparecer en forma de fiebre de origen desconocido o infección hepatoesplénica.

La infección por Bartonella henselae es la tercera causa más frecuente de fiebre de origen desconocido con una etiología infecciosa en niños, tras la infección por el virus de Epstein-Barr (causante de la Mononucleosis Infecciosa o Enf. del beso) y la osteomielitis vertebral. 

Cuando se realiza una ecografía abdominal de forma sistemática en las formas típicas de la enfermedad pueden observarse abscesos esplénicos hasta en la cuarta parte de los casos. En un estudio multicéntrico, la enfermedad por arañazo de gato fué la causa más frecuente (69%) de lesiones hipoecoicas en bazo e hígado en la edad pediátrica. El dolor abdominal, aunque frecuente, puede estar ausente hasta en la tercera parte de los niños con afectación hepatoesplénica.

El estudio serológico confirmará el diagnóstico, considerándose positivos títulos de Ig G para Bartonella henselae superiores a 1:64 (IFA IgG).

No está indicado el tratamiento antibiótico en las formas localizadas en pacientes inmunocompetentes, aunque un ensayo clínico mostró que el tratamiento con azitromicina oral acortaba la duración de los síntomas. La rifampicina puede ser útil en el acortamiento de la duración de la fiebre en las formas hepatoesplénicas.

A modo de conclusión, recordar que ante un cuadro de niño con fiebre prolongada de origen desconocido, sería importante recabar información para saber si pudiera haber tenido contacto con algun gato, fundamentalmente cachorros, que le hubiesen podido arañar, incluso meses antes de presentar la clínica. Si encontramos éstos antecedentes, sospechar como una de las posibles causas, la enfermedad por arañazo de gato.





Recomendaciones básicas para la seguridad infantil en vehículos a motor


Mañana comienza el XIX Curso de Soporte Vital Avanzado en Trauma Pediátrico impartido en el Hospital Niño Jesús de Madrid. En él se abordarán diversos temas a cerca de la evaluación y actuacion ante un niño politraumatizado.

Dado que una de las bases fundamentales en cualquier ámbito es la prevención, en ésta entrada vamos a enumerar una serie de recomendaciones muy básicas, pero que a veces parece que no tenemos del todo claras y que siempre deberíamos tener en cuenta para priorizar la seguridad de los pasajeros infantiles de vehículos a motor.

Son las siguientes:

1-Los niños deben ir en el sentido contrario a la marcha hasta que pesen como mínimo 9 kg. No se colocarán en el asiento delantero si existe airbag.

2-Los niños mayores de un año que pesen entre 9 y 18 kg pueden ir en asientos de seguridad infantiles, incorporados, en el sentido de la marcha y colocados en los asientos traseros. El arnés de sujeción debe cubrirles los hombros.

3-Los niños que pesen entre 18 y 36 kg y midan menos de 148 cm en un principio (<135 cm desde el 2006), deben utilizar asientos elevadores que permitan que el cinturón de seguridad del coche descanse, principalmente, sobre los huesos.

4-Los niños se sujetarán con los cinturones de seguridad solamente si miden más de 148 cm. Un buen sistema de sujeción debe incluir dos partes, una que sujete las caderas y otra que descienda en diagonal por encima del hombro y del esternón.

5-Hasta los 12 años los niños no deben ir en el asiento delantero si el coche tiene airbag.


Aunque como decíamos, esta información es muy básica y no tanto médica, si creemos que es fundamental y un referente diario, para poder llegar a prevenir complicaciones más importantes en caso de un posible accidente de tráfico.

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La escarlatina: esclareciendo falsos mitos...

Una de las patologías infecciosas que quizás, sin gran motivo, genere cierta alerta entre los padres, es la escarlatina. No es difícil escuchar "parece que hay en el colegio un brote de escarlatina", como si se tratase de una infección rara y poco conocida o habitual. De todas formas, no por no ser rara es menos importante, por lo que tratando de desechar falsos mitos, vamos a explicar en qué consiste.

La escarlatina simplemente se trata de un cuadro de faringoamigdalitis acompañado de una afectación cutanea originando un exantema.

El germen causante de dicha infección es el mismo que el de una faringoamigdalitis aguda, el estreptococo beta hemolítico del grupo A, que desde su localización libera una toxina que actúa a nivel cutaneo. Por lo tanto, lo que podemos esperar es que la evolución de la infección sea similar al de ésta, sin mayor importancia.

Clínicamente, presenta un periodo de incubación de 1 a 7 días, tras los cuales se origina un cuadro de faringoamigdalitis, de unas 48 horas de duración (puede estar ausente en los casos en los que el foco de la infección es cutaneo). Además la lengua es muy saburral (blanca) y pueden apreciarse adenopatías submandibulares.
El exantema está formado por lesiones muy pequeñas, como cabezas de alfiler, de color rojo intenso, muy confluentes y rasposas al tacto como papel de lija. Puede afectar al cuello, extremidades y tronco, marcándose más a nivel de los pliegues. En la cara la afectación no suele ser intensa y es característico el enrrojecimiento de ambas mejillas en contraste con la palidez del triángulo nasogeniano.
En alguna ocasión, la lengua también puede se aframbuesada, de color rojo vivo y con las papilas muy marcadas.

El tratamiento, por lo tanto, es exactamente el mismo que el de una faringoamigdalitis aguda, es decir, con el mismo antibiótico que utilizaríamos en ése caso (Penicilina V durante 10 días o Eritromicina en alérgicos).

Con todo ésto, esperamos que a partir de ahora, si escuchamos hablar de la escarlatina, nuestra reacción no sea de alerta y podamos actuar de una manera tranquila y más segura, sabiendo que no se trata de una enfermedad infecciosa más grave que una habitual faringoamigdalitis, sin olvidarnos, claro está, que de igual forma que ésta, precisa el tratamiento correspondiente para su resolución.